LA CRISIS
Parece que el mundo confabula contra mí y mi soltería incorregible. Me manda señales sutiles que van sumando a ver si caigo, pero me resisto. Hablando con mi querida la de Kenia (la que me llama ladrona), salió el tema de LA CRISIS (y las mayúsculas son intencionadas, ahora me explico). Por cierto, cari, me parece que pensamos mucho y trabajamos poco??Lo dejo para otro posting... Y luego me pongo a ver pelis que tratan sobre este tema, y al final es de ley que este blog sufra las consecuencias.
LA CRISIS: se trata de algo extraño que le da a la gente más o menos entre los 30 y los 34 (tendrá algo que ver con la edad en la que murió Cristo?? Son irónicas algunas de las coincidencias de la historia. He aquí una razón más para el título de este blog). A la gente de esa edad, le asaltan sus terrores más escondidos o más evidentes, en función de la capacidad de aceptación y verbalización de cada uno. Parece que el tiempo de conseguir los objetivos de "la vida perfecta" se acaba y llega el momento de las GRANDES decisiones. Cosas del estilo como: casarse con un tipo al que conoces hace 6 meses (tenía 30), largarte a vivir a otro país persiguiendo el trabajo soñado (entre 30 y 33), buscar desesperadamente al hombre de tu vida por todos los medios (varios 30s), dejarlo todo atrás y empezar una nueva vida (tenía 31), decidir que tu nueva vida no mola y volver a la de antes (tenía 34), romper con tu novio de toda la vida (múltiples 30s), divorciarse, y un largo etc.
Sobre este tema tengo 2 teorías distintas (como no!):
1. Nos aplastan los convencionalismos sociales y la comparación con nuestros padres: "Mi madre a mi edad ya estaba casada con 2 hijos" (la mía no, y creo que eso es lo que me salva de la locura). Hay quien añade el reloj biológico femenino a este argumento. "Se nos pasa el arroz" y queremos tener hijos a toda costa. Resulta que nosotros vivimos una adolescencia larguísima, pero nos juzga una generación que se quedó sin ella. De ahí la imagen de que a los 30 ya deberíamos "ser adultos". En nuestras mentes eso significa "ser como papa y mama" = casarse, tener una familia, críar a los hijos, tener un trabajo estable, comprar una casa, etc. Por eso nos dan las prisas y LAS CRISIS, porque vivimos como cuando teníamos 20, algunos incluso peor, porque ahora tenemos más dinero y plantamos al novio pesado de cuando teníamos 20!!
2. Puede ser todo lo contrario: como tenemos una adolescencia tan larga, nos da tiempo de aburrirnos de ella y de verdad desear "ser como papa y mama", cosa que ellos nunca desearon. Sencillamente se encontraron ahí, con una hipoteca, 3 hijos, unos suegros y soñando con los guateques a los que no fueron. Y como nos aburrimos, llega un momento en que nos da LA CRISIS y queremos dejar de ser adolescentes. Queremos hacer realidad todos los deseos que nunca cumplimos por falta de voluntad, porque como "éramos unos críos", no hacíamos las cosas bien. Pero ahora que nos proponemos centrarnos y re-encaminar nuestras vidas, vamos a hacerlo todo bien: ser flacas, guapas, perfectas, tener un trabajo que nos fascine, comprar una casa, tener un coche, cazar un marido serio y comprensivo (que no necesariamente super-atractivo que nos vuelva locas), tener hijos, vestirnos de colores oscuros y dejar de pendonear por ahí y enseñar tanga como hacen las "nenas" de 20.
Supongo que en el fondo es una mezcla de los dos o de ninguno, y el hecho de que la gente tienda a dar un giro a su vida alrededor de los 30 es una mera coincidencia. Quien sabe.
LA CRISIS: se trata de algo extraño que le da a la gente más o menos entre los 30 y los 34 (tendrá algo que ver con la edad en la que murió Cristo?? Son irónicas algunas de las coincidencias de la historia. He aquí una razón más para el título de este blog). A la gente de esa edad, le asaltan sus terrores más escondidos o más evidentes, en función de la capacidad de aceptación y verbalización de cada uno. Parece que el tiempo de conseguir los objetivos de "la vida perfecta" se acaba y llega el momento de las GRANDES decisiones. Cosas del estilo como: casarse con un tipo al que conoces hace 6 meses (tenía 30), largarte a vivir a otro país persiguiendo el trabajo soñado (entre 30 y 33), buscar desesperadamente al hombre de tu vida por todos los medios (varios 30s), dejarlo todo atrás y empezar una nueva vida (tenía 31), decidir que tu nueva vida no mola y volver a la de antes (tenía 34), romper con tu novio de toda la vida (múltiples 30s), divorciarse, y un largo etc.
Sobre este tema tengo 2 teorías distintas (como no!):
1. Nos aplastan los convencionalismos sociales y la comparación con nuestros padres: "Mi madre a mi edad ya estaba casada con 2 hijos" (la mía no, y creo que eso es lo que me salva de la locura). Hay quien añade el reloj biológico femenino a este argumento. "Se nos pasa el arroz" y queremos tener hijos a toda costa. Resulta que nosotros vivimos una adolescencia larguísima, pero nos juzga una generación que se quedó sin ella. De ahí la imagen de que a los 30 ya deberíamos "ser adultos". En nuestras mentes eso significa "ser como papa y mama" = casarse, tener una familia, críar a los hijos, tener un trabajo estable, comprar una casa, etc. Por eso nos dan las prisas y LAS CRISIS, porque vivimos como cuando teníamos 20, algunos incluso peor, porque ahora tenemos más dinero y plantamos al novio pesado de cuando teníamos 20!!
2. Puede ser todo lo contrario: como tenemos una adolescencia tan larga, nos da tiempo de aburrirnos de ella y de verdad desear "ser como papa y mama", cosa que ellos nunca desearon. Sencillamente se encontraron ahí, con una hipoteca, 3 hijos, unos suegros y soñando con los guateques a los que no fueron. Y como nos aburrimos, llega un momento en que nos da LA CRISIS y queremos dejar de ser adolescentes. Queremos hacer realidad todos los deseos que nunca cumplimos por falta de voluntad, porque como "éramos unos críos", no hacíamos las cosas bien. Pero ahora que nos proponemos centrarnos y re-encaminar nuestras vidas, vamos a hacerlo todo bien: ser flacas, guapas, perfectas, tener un trabajo que nos fascine, comprar una casa, tener un coche, cazar un marido serio y comprensivo (que no necesariamente super-atractivo que nos vuelva locas), tener hijos, vestirnos de colores oscuros y dejar de pendonear por ahí y enseñar tanga como hacen las "nenas" de 20.
Supongo que en el fondo es una mezcla de los dos o de ninguno, y el hecho de que la gente tienda a dar un giro a su vida alrededor de los 30 es una mera coincidencia. Quien sabe.
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